Entrepreneurship Goes Rural
Marta
Romero:
Todo
empezó el 4 de julio, cuando cuatro de nosotros partimos desde el aeropuerto de
Málaga y otros dos de Madrid. Rugăneşti (Harghita County) donde se desarrolló
el proyecto, se encontraba a más de tres horas del aeropuerto de Cluj Napoca,
por lo que el viaje se hizo bastante largo. A penas nos dio tiempo a descansar
cuando ya comenzamos con los juegos de presentación, para conocernos unos a
otros. Además, hicimos una especie de yincana que nos permitió conocer el
entorno en el que nos encontramos. Finalmente acabamos en un gran lago rodeado
de montañas. Éramos un total de 5 países participantes: Rumanía, Hungría,
Grecia, Lituania y España. Tras interactuar con todos los participantes
comenzamos el proyecto el cual trataba de emprendimiento rural:
Entrepreneurship Goes Rural!
Los
siguientes días fueron sucediendo más rápido de lo que a todos nos hubiese
gustado.Tuvimos la
oportunidad de conocer distintos tipos de negocios pequeños emprendidos por
personas de la zona donde nos encontrabamos (Ruganesti), pudimos visitar una
granja de vacas y cerdos, un criadero de trufas donde además vendian y hacian
entre otras cosas té y miel e incluso una especie de fabrica de hierbas
medicinales.
María
Torres:
La
siguiente actividad a las visitas consistía en pensar entre todos las
posibles mejoras que podían tener esos negocios y también sus puntos fuertes,
metiéndonos de esta forma más de lleno en la temática del intercambio.
Francisco
Pérez Durán:
Todas estas
actividades se desarrollaban entre descansos, "coffee breaks" y
conversaciones con el resto de participantes a los cuales cogimos mucho
cariño.Una vez que habíamos aprendido como funcionaban los negocios autóctonos,
empezamos a crear el nuestro propio por grupos. Se crearon desde una agencia de
viajes hasta una empresa productora de soja. Fueron varias sesiones intensas
donde creamos nuestros negocios a través de un plan de marketing que recogía
las fortalezas de nuestros negocios,los clientes a los que abarcaríamos y el
lugar y las instalaciones donde se desarrollaría, entre otros. Fueron sesiones
intensas a la par que útiles para nuestro futuro que además combinamos con algo
de turismo en una ciudad muy bonita llamada Shigisoara. Fue corta nuestra
experiencia en este pequeño pueblo, conocimos a las distintas razas y cultura
de Rumanía, ellos pasaban todo el día juntos en el pueblo con sus hijos jugando
por las calles y el vehículo que más utilizaban para ir a comprar al trabajo y
demás era la bicicleta, eso nos llamó bastante la atención ya que aquí se
utiliza bastante poco para circular.
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