LIVE AS THEATRE! LYON,
LYON, EXPERIENCIA INOLVIDABLE
Lorena García García
Lioba García Rodríguez
Lioba García Rodríguez
Ana Mª García Sánchez
Antonio Marín Cordero
Paula Palomeque Alonso
A finales de
noviembre un grupo de jóvenes pertenecientes a la Comarca del Guadalhorce
partió hacia la que hoy es una de las mejores experiencias de su vida.
Este grupo se
formó para realizar un viaje a la ciudad de Lyon (Francia), en la cual se
incorporarían a un proyecto joven orientado al teatro. “Life as Theatre!”,
denominado así el proyecto, consistía en la adquisición de las diferentes
técnicas teatrales y llegar a comprender como el teatro podía influir de manera
positiva en nuestras vidas.
Todo
acontecimiento en la vida, es vivido de un modo distinto en cada persona, por
esa razón en nuestro artículo hemos querido plasmar la vivencia de cada uno de
los integrantes en este viaje.
Después de un par de años, se me presentó esta
nueva oportunidad y no me lo pensé dos veces. Por aquel entonces no tenía
trabajo, como se suele decir, “para lo que una ha estudiado” y me pasaba
trabajando horas detrás de la barra de un bar.
Esta vez tenía
un trabajo estable, recién incorporada a un proyecto nuevo en el que tenía
muchísimo que aprender. En definitiva, todas las papeletas para echarse atrás.
Pero yo
siempre digo que el ‘no’ es lo único que tienes, y que estas cosas hay que
cogerlas como vienen y si hay una mínima oportunidad, hay que arriesgar.
Por suerte,
tengo una jefa que muchos quisieran y en vez de ponerme todas las trabas
posibles, casi me hace la maleta.
Tras las
esperas interminables y las horas en aeropuertos, por fin llegamos a aquel
sitio, una especie de castillo a las afueras de Lyon, casi salido de un cuento,
rodeado de viñedos y de mucha paz.
Allí pasamos
unos días llenos de actividades. Desde por la mañana (con los famosos energizer
games) hasta por la tarde, con improvisaciones, clases de respiración y
preparando la performance final.
Y las noches
en estos sitios es para conocer gente, llevarte contigo un pedacito de cada uno
de ellos y aprender muchísimo de grandes personas.
También
tuvimos oportunidad de mostrarles de dónde venimos, de las cosas increíbles que
tiene nuestro país y representar a esta asociación que tanto esfuerzo hace por
conseguir esto.
Para mí, una
experiencia diez, con una gente diez, unos compañeros con los que he pasado dos
de los mejores veranos de mi vida, disfrutando del teatro y haciendo disfrutar,
que es lo más importante.
Recomendarle
esto a cualquiera que tenga oportunidad, por supuesto. Que los miedos al
exterior hay que dejarlos a un lado y muy importante, no nos pongamos fronteras
en la vida.
Lioba García Rodríguez (Cerralba, 19 años)
Bueno, para mi
esta experiencia ha sido unas de las mejores que me ha pasado de momento en mi
vida, vino muy rápida y fue todo nervios. Era la primera vez que realizaba un
proyecto de este tipo y aunque estaba aterrada repetiría más veces. Soy una
chica bastante tímida y pensaba que iba a ser muy difícil la adaptación, pero
cuando estás allí te das cuenta de que todo el mundo te acoge estupendamente
que aunque algunos vayan con más o menos nivel de idioma se buscan recursos
para entendernos y que por supuesto todos tenemos puntos en común y nos unimos
a una. Una experiencia así también te ayuda a conocerte a ti mismo, a cómo te
desenvuelves como puedes cuando en el aeropuerto tienes un problema, como el
que nos pasó a nosotros de que se nos rompió la maleta o de donde informarnos
para coger los transportes necesarios.
Para terminar solo decir que todo el que
pueda participar en algo así que lo haga, cuando vuelves eres una persona un
poco mejor y te conoces a ti mismo algo más.
Ana María García Sánchez (Pizarra, 19 años)
Ilusión, ésta
es la primera palabra que definiría mi viaje. Iría a Francia, Lyon
concretamente, a una villa perdida (lo que lo hacía inmejorable), en noviembre,
una fecha más que perfecta. Pero no iría sola, iría acompañada de personas que
ya conocía y con las que había compartido muy buenos momentos anteriormente.
La verdad es
que todo sucedió muy rápido, solicité este intercambio, al día siguiente sabía
que me lo habían concedido y a la semana siguiente estaba volando hacia
Barcelona, una parada antes de nuestro destino, Lyon.
Nunca había
estado tanto tiempo fuera de casa, ni sin “responsables”, estábamos un poco por
nuestra cuenta. Aún recuerdo las carreras tirando de las maletas para averiguar
que autobuses y trenes teníamos que coger.
Lo mejor, sin
duda, el estar conviviendo con personas de diferentes culturas, aprendiendo de
ellos y a la misma vez, enseñándoles. Lo que más me sorprendió es que aunque
cada uno procedíamos de lugares diferentes, todos estábamos allí por algo que
nos unía, el teatro, e igual que nos divertíamos y lo pasábamos bien juntos,
cuando teníamos que ponernos a trabajar, nos concentrábamos y lo hacíamos.
Inolvidable,
ésta es la palabra con la que finalizo y describo mi experiencia, y a las
personas con las que la compartí. Por eso quiero agradecer al GDR por hacer que
todos podamos vivir estas experiencias, GRACIAS.
Antonio Marín Cordero (Pizarra, 24 años)
Para mí, ha
sido un viaje muy beneficioso. Al principio fue un poco complicado por el
idioma, porque mi nivel no es muy alto, pero es ahí cuando te das cuenta de que
no hace falta hablar la misma lengua para entendernos.
Entre todas
las nacionalidades que había allí, he conseguido jugar a juegos, contar
historias y tener conversaciones cosa que nunca hubiera llegado a creerme si me
lo cuentan antes de salir de España.
Te superas a
ti mismo en estos casos, y esa es la satisfacción más grande por encima de
todos los problemas que se te puedan plantear. No dejéis de intentar vivir algo
así.
Paula Palomeque Alonso (Cerralba, 19 años)
Primera
experiencia de este estilo, pero no la última. Este sería mi titular para
describir cuanto me ha ayudado en mi persona el haber realizado este viaje. No
me voy a referir a lo fantástico que es el lugar, el viaje o las personas que
conoces porque eso es más que evidente.
Me quiero
fijar en lo que me ha hecho ganar como persona. Con todo este repentino viaje
he conseguido descubrir cosas de mi misma que aún no conocía. He podido
comprobar (sobre todo con el idioma) que mis límites son mucho más altos de lo
que yo creía. Que si quiero y lucho puedo conseguir que se me escuche y
conseguir lo que quiero. Que las pequeñas cosas, que se demuestran en ese día a
día te hacen ver cómo eres, que sientes y que esperas conseguir de una manera
más intensa.
No puedo
acabar sin decir que animo a todo el mundo a conquistar el mundo a través de
estas oportunidades, de llegar a sentir algo tan increíble.
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